¿DE DÓNDE PROVENIMOS LOS SERES HUMANOS?


 

Por Roni Nalín

La interpretación creacionista de las Escrituras, donde los seres humanos somos el resultado de un acto divino de creación especial, contradice la hipótesis evolutiva de la descendencia con modificaciones a partir de primates ancestrales. Este capítulo examina y discute las evidencias fósiles que se relacionan con los orígenes humanos.

¿Cómo decidimos qué es un SER HUMANO?

Un enfoque simple es definir la humanidad sobre la base de características anatómicas. Sin embargo, cada especie viviente muestra variabilidad de rasgos morfológicos. Cuando se compara con otras especies de primates existentes, la métrica del esqueleto de los seres humanos modernos parece ser más bien homogénea. Ciertos fósiles quedan fuera de este limitado espectro moderno de variabilidad, y no hay un consenso claro sobre los criterios diagnósticos que deban determinar si serán considerados seres humanos o no. Un enfoque práctico es poner a un fósil en particular en la categoría Homo cuando la masa y las proporciones corporales, las dimensiones dentales y las adaptaciones esqueléticas a la bipedalidad sugieren una semejanza mayor con los seres humanos modernos que con fósiles australopitecinos (un grupo de homínidos cuyos restos fueron desenterrados por primera vez en África, a principios del siglo pasado). Otros rasgos a menudo considerados relevantes al definir los seres humanos son las dimensiones del cerebro, la habilidad de fabricar herramientas, y las señales de comportamiento social y simbólico.

¿EVOLUCIONARON LOS SERES HUMANOS A PARTIR DE LOS AUSTRALOPITECINOS?

En la hipótesis evolutiva, los australopithecus son considerados antepasados del género Homo. Sus restos se encuentran en depósitos del Plioceno que yacen por debajo de los depósitos que contienen a los fósiles Homo. La anatomía del Australopithecusrevela rasgos que hoy pueden ser encontrados solamente en los seres humanos. Sin embargo, muchas características distinguen evidentemente al Australopithecus del Homo. Estas incluyen, entre otras: (1) masa corporal más pequeña; (2) tamaño cerebral pequeño (~ 400 a 550 cm3, a diferencia de los ~ 1400 cm3 en los seres humanos modernos); (3) longitud mayor del antebrazo con respecto al brazo; (4) pecho en forma cónica y el esternón hundido; y (5) dedos relativamente largos y curvos. Los descubrimientos realizados en décadas recientes han incrementado el rango de variabilidad observado en fósiles australopitecinos; por consiguiente, se han aplicado una variedad de nombres de especies a esos restos. Complicaciones adicionales emergen del descubrimiento del Ardipitecus ramidus en capas debajo de las que contienen restos de Australopithecus. A pesar de sus proximidades espacial y temporal con Australopithecus, el Ardipitecus ramidus es excepcionalmente diferente. Por otro lado, las capas por encima del rango estratigráfico de Australopithecus producen restos atribuidos tanto a Homo como a fósiles de homínidos similares al Australopithecus, solo que con características esqueléticas más robustas (género Paranthropus). Si ambas formas derivaron del Australopithecus, la discontinuidad entre Homo y Australopithecus se hace aún más evidente cuando se compara con la semejanza entre Australopithecus y Paranthropus.

En resumen, las evidencias fósiles empleadas para argumentar a favor de la relación evolutiva entre Homo y otras formas homínidas extintas están muy lejos de ser convincentes, y quedan sin resolver, particularmente a la luz de un registro fósil de los homínidos del Plioceno aún incompleto.

¿RELACIONA EL HOMO HABILIS A LOS AUSTRALOPITECINOS CON LOS SERES HUMANOS?

El Homo habilis, descrito y nombrado en la década de 1960, es una especie basada principalmente en restos fósiles que han sido descubiertos en África Oriental. Estos fósiles indican un grado tan grande de variación morfológica que muchos investigadores creen que la especie contiene en realidad dos formas distintas, una más pequeña y otra más grande. Las estimaciones de capacidad craneal varían entre 500 y 750 cm3, ligeramente mayores que el promedio de 400 y 550 cm3 para los australopitecinos. Los estudios de los huesos de los pies sugieren que el H. Habilis era un bípedo terrestre, pero las proporciones de los huesos del brazo son similares a las del chimpancé. Algunos autores han llegado a la conclusión de que el H. Habilis es una forma derivada del australopitecino en vez de ser parte del género Homo.

HUMANOS DE ASPECTO “NO MODERNO”

Algunos fósiles comparten suficientes semejanzas con los seres humanos anatómicamente modernos (SHAM) como para ser considerados parte de la especie humana; sin embargo, exhiben rasgos suficientemente distintivos para ser descritos como especies diferentes. La siguiente sección examina las principales clases de seres humanos fósiles de aspecto “no moderno”.

    • Homo erectus. Esta especie está basada en descubrimientos hechos en Indonesia, China, África y Euroasia Occidental. Las características distintivas de H. Erectus incluyen (1) bóveda craneal alargada y baja; (2) arcos superciliares robustos; (3) ángulo afilado entre la base y la parte posterior del cráneo; y (4) tamaño cerebral absoluto promedio (~ 1000 cm3) más pequeño que el de SHAM. Los restos poscraneanos y los rastros de pisadas bien conservados sugieren proporciones corporales y movimiento (loco- moción) esencialmente modernos. La altura y la masa corporal estimadas para algunos especímenes de H. erectu son comparables a los SHAM promedio, pero otros especímenes muestran un tamaño muy reducido.

Entre los enigmas que rodean al origen de H. erectus está su aparición repentina, su discontinuidad morfológica y su coaparición junto a formas supuestamente ancestrales. Otro enigma es que, desde su mismo origen, H. erectus presenta una amplia distribución geográfica, desde África hasta el sudeste asiático. Esto ha llevado a algunos a cuestionarse el escenario comúnmente aceptado de un origen africano para H. erectus con la consiguiente dispersión a Asia. Estos investigadores respaldan lo opuesto: su origen en Asia y la dispersión posterior a África.

Más aún, los antropólogos no se ponen de acuerdo sobre el destino del H. erectus. Algunos argumentan que los asiáticos modernos retienen rasgos típicos del H. erectus, sugiriendo la continuidad regional entre las formas SHAM y H. erectus. Otros proponen que el H. erectus asiático fue una rama lateral periférica de larga vida que finalmente se extinguió.

    • Homo heidelbergensis. Los fósiles de H. erectus desaparecen de África y Europa hacia finales del Pleistoceno Inferior. Aquí, son sucedidos por fósiles de mediados del Pleistoceno que muestran un marcado aumento en la capacidad craneal. Estas muestras han sido agrupadas en la especie H. heidelbergensis, vista como una forma africano-europea derivada de H. erectus y antepasado tanto de los neandertales como de los SHAM.Los restos fósiles encontrados en el Pleistoceno Medio Superior de China son muy similares a los especímenes clásicos africano-europeos de H. heidelbergensis. Algunos autores sugieren que el material chino indica una emigración demorada del H. heidelbergensis al Asia. Sin embargo, partidarios de la opinión de la continuidad regional (donde fósiles de la misma región que son de especies aparentemente diferentes muestran similitudes) prefieren interpretar que los fósiles chinos son evidencia de la gradación local continua desde el H. erectus hasta SHAM.
    • Neandertales (Homo neanderthalensis). Los fósiles neandertales se encuentran solamente en Europa y el Asia occidental. En general muestran semejanza con SHAM, pero tienen una estructura esquelética más robusta y características del cráneo muy distintivas. En el Pleistoceno Superior comienzan a aparecer restos con el conjunto completo de rasgos neandertales, pero las características similares a las de los neandertales son evidentes ya en fósiles de homínidos europeos de mediados del Pleistoceno.

Los neandertales tenían proporciones corporales similares a las de los SHAM que viven en ambientes extremadamente fríos, como por ejemplo los esquimales. Sin embargo, la idea de que la anatomía esquelética neandertal es resultado de su adaptación al clima ha sido desafiada recientemente. Además, la región mediterránea, con su clima templado, parece haber sido su zona de residencia favorita.

Los neandertales desaparecen del registro fósil en el Pleistoceno Superior. Algunos piensan que su extinción fue atribuible a su remplazo por nuevos inmigrantes de SHAM. Otros proponen que los neandertales se mezclaron al menos en parte con el grupo de SHAM en expansión. El análisis del ADN mitocondrial (mtADN) extraído de huesos de neandertales ha revelado secuencias que difieren del mtADN de los SHAM tanto actuales como fósiles. Sin embargo, estas diferencias no pueden negar totalmente que los neandertales hayan contribuido al fondo genético humano. A decir verdad, un estudio reciente del genoma neandertal parece indicar que el ADN de poblaciones humanas del presente contiene segmentos derivados de los neandertales.

EL REGISTRO FÓSIL DE LOS SERES HUMANOS ANATÓMICAMENTE MODERNOS (SHAM)

Los SHAM se distinguen sobre la base de algunos rasgos, incluyendo, entre otros: (1) un cráneo con forma más globular que alargada; (2) un rostro que no se proyecta hacia adelante; (3) poco desarrollo de los arcos superciliares; (4) una barbilla bien definida; y (5) dimensiones dentales más pequeñas.

Los primeros fósiles que muestran esta combinación de rasgos provienen de África Oriental. Sin embargo, es importante señalar que otros especímenes contemporáneos de las mismas localidades no parecen tan modernos. Es solamente en un nivel estratigráfico más alto (generalmente datado en alrededor de 45.000 años) que SHAM se convierte en el tipo dominante de fósil humano. A partir de ese punto, se lo empieza a encontrar de Europa a Australia y hasta Asia. La expansión repentina parece correlacionarse con la dispersión desde Asia Occidental. Poco después de la expansión, se registran en Europa los primeros ejemplos sorprendentes de arte figurativo (pinturas en cuevas y figurines esculpidos).

Este patrón de aparición de rasgos morfológicos modernos ha conducido a la hipótesis del “éxodo desde África”, que postula que el SHAM evolucionó primero en África Oriental y después se extendió al resto del mundo. El mosaico de caracteres morfológicos aparentes en la mayor parte de los SHAM tempranos puede ser explicado por la existencia de alguna mezcla genética con poblaciones humanas preexistentes (como los neandertales en Europa) en lugar de un reemplazo total. Un modelo alternativo, la Teoría de Evolución Multirregional, no respalda la idea de que SHAM se originó en África. En vez de ello, sugiere que la emergencia de la modernidad anatómica fue un proceso gradual que involucró a más de una población a la vez. Estos grupos habrían estado viviendo en regiones diferentes, pero aun así podían haber intercambiado genes, contribuyendo a la modificación gradual general de nuestra especie.

DISCUSIÓN

El significado de la variabilidad en los caracteres morfológicos. Las especies de homínidos están definidas en la suposición de que la variabilidad morfológica refleja diferencias genéticas lo suficientemente significativas como para impedir su cruzamiento. En otras palabras, las especies eran tan diferentes entre sí que no se mezclaron para generar descendencia. Sin embargo, algunos rasgos podían variar por otras razones no genéticas, como por ejemplo, el comportamiento y el clima. Además, algunas diferencias esqueléticas que parecen implicar discontinuidad biológica podrían, en vez de ello, ser correlaciones del tamaño o etapa de desarrollo, o pueden simplemente reflejar una cantidad de variabilidad mayor que la observada en los seres humanos modernos.

Otra complicación con las reconstrucciones evolutivas viene de la práctica de asignar un orden de aparición a los caracteres morfológicos, definiendo algunos como “ancestrales”, o “primitivos”, y otros como “derivados”. La distribución de estas características no siempre sigue el patrón esperado y ocurren combinaciones en mosaico donde los fósiles viejos muestran rasgos “modernos”, o las poblaciones modernas poseen rasgos “arcaicos”.

A pesar de las dificultades para interpretar la variabilidad en los caracteres morfológicos, no puede negarse que la modernidad anatómica aparece solamente en la cima del registro fósil humano.

Puntos fuertes y débiles del modelo evolutivo. Las secciones previas de este capítulo ilustran cómo el pensamiento actual con respecto a la evo- lución humana está lejos de aclararse. Cómo evaluar el actual peso de las evidencias es obviamente un tema subjetivo, pero el punto de vista personal del autor es que el caso para la evolución humana basado en el estudio de los fósiles no es un caso convincente. En particular, las transiciones clave, como la de los australopitecinos hacia el Homo, carecen de un apoyo adecuado y detallado como para ser demostradas rotundamente. Por otro lado, la mayor fortaleza del modelo evolutivo yace en la distribución ordenada de fósiles, con los australopitecinos apareciendo por debajo de Homo, y SHAM aparecierndo solamente en la cima del rango estratigráfico del género Homo.

La evidencia fósil desde una perspectiva creacionista. Las diferencias anatómicas observadas entre australopitecinos y Homo son interpretadas por la mayoría de los creacionistas como la representación de grupos de primates distintos y no relacionados. La variabilidad observada entre especies diferentes de Homo, sin embargo, es interpretada a menudo como expresión de una alta diversidad original y microevolución dentro del grupo humano. De acuerdo con este enfoque, Homo erectus, H. heidelbergensis, H. neanderthalensis y otras formas del “mosaico” serían verdaderos representantes de la especie humana que en algún momento desarrolló conjuntos distintivos de rasgos morfológicos como consecuencia de cambios genéticos y factores ecológicos. Esta interpretación implica que el aspecto moderno de los seres humanos quedó fijado solo en un tiempo relativamente reciente de entre un rango mayor de expresiones morfológicas. Como ejemplo, las modificaciones microevolutivas posdiluvianas son invocadas con regularidad para otras especies (como los felinos y los cánidos) y no deben descartarse categóricamente para los seres humanos. La fijación de nuestra especie no parece estar respaldada por las evidencias bíblicas y, efectivamente, la mayoría de los creacionistas incluso proponen que ocurrieron cambios fisiológicos en nuestra especie como consecuencia del pecado o de las condiciones ecológicas modificadas después del Diluvio.

Grupos humanos diferentes, como el H. erectus y el H. neanderthalensis, pueden de esta manera representar las poblaciones dispersas después del Diluvio, que en algunos casos fijaron ciertos rasgos anatómicos debido a su relativo aislamiento geográfico. La aparición tardía de SHAM podría estar relacionada con la dispersión más reciente de un grupo humano en el que fueran predominantes los rasgos anatómicamente modernos. Es interesante señalar que la Biblia da pie a tales migraciones sucesivas (por ejemplo, la dispersión posdiluviana y la dispersión posterior al evento de la Torre de Babel), y que el registro bíblico y parte del registro fósil convergen en colocar a Asia Occidental como el centro de dispersión para estas emigraciones.


Ronny NalÍn estudió en la Universidad de Padua (Italia), donde obtuvo su Doctorado en Ciencias de la Tierra. En el año 2007 se incorporó como científico investigador al Geoscience Research Institute [Instituto de Investigaciones en Geociencias], y es profesor adjunto de Geología en Loma Linda University (California). Sus intereses de investigación se centran en la sedimentología de carbonatos no tropicales, especialmente del área mediterránea, y la estratigrafía de secuencias de los depósitos sedimentarios marinos poco profundos. Ha publicado varios artículos sobre estos temas en revistas internacionales.

 

Fuente del artículo: http://dialogue.adventist.org/es/2258/de-donde-provenimos-los-seres-humanos